Mi adorado hijo Marcelo y mi adorada nietita Carla, en la presentación |
ENTRAÑABLE
Entrañable amor que a veces, recuerdo cuando
de niña,
envuelta en mil fantasías, tanta ilusión
recobraba.
A mis castillos llevaba, figuras que aun presentes,
eran colores
candentes, que a mi alma reflejaban.
La caricia de ese tiempo, en que nada
preocupaba,
Es sólo fría y es helada, cuando la recuerdas hoy.
Tanta familia se ha ido, tantos cariños
perdidos ,
la realidad es olvido, más tú nunca olvidarás.
Deberás tener presente, cuando los años se
alejan,
no llenarte de esas quejas, que te traerán
pesar.
Piensa que corta es la vida, aprovecha cuanto
antes,
debes ir para adelante, y no mirar siempre
atrás.
Ya nada puedes hacer, la vida, a ti te trajo,
no sabes, si por si acaso, o tal vez
resolución.
Quizás, esa encrucijada estará viva en tu
mente,
cuando Dios, esté presente y tenga que
decidir.
Por eso, pienso es tan lindo mirar en cada
mañana,
como el sol por la ventana, te saluda con
amor.
Con sus ojos, su sonrisa, ilumina nuestras
vidas,
sin pedir, ni que le digas, “le debo algo señor”.
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